Acabo de terminar la novela de Karina Pacheco Medrano, La voluntad del molle, y debo decir que me encantó. Había estado esperando el momento adecuado, ese instante al final del verano cuando puedo leer novelas no en los minutos antes de dormir sino por un buen par de horas a la mitad del día.
Me temo que he puesto la vara muy alta para ella, puesto que en el último mes he leído dos novelas sobre la guerra, la memoria y la familia (además de temas como la voluntad) que han sido muy merecidamente aclamadas por los lectores y la crítica: Viet Thanh Nguyen’s The Sympathizer y Neel Mukherjee, The Lives of Others.
La primera es una novela mágica que se mueve entre Vietnam y Estados Unidos a través de su personaje central, señalando cómo la Guerra de Vietnam está lejos de haber terminado y cómo los vietnamitas-americanos han sido prácticamente eliminados de la historia (y del cine, mencionando a Francis Ford Coppola, quien queda muy mal parado). The Lives of Others recrea el mundo de una familia india en el siglo XX. Uno de los personajes ingresa a la guerrilla maoísta, un naxalita. Ojalá el Perú tuviera una novela tan lograda sobre la insurgencia. (Y ambas novelas, debo decir, se hacen largas–puede ser mi impaciencia como lector).
Karina Pacheco ha producido una novela extraordinaria que aborda diversos temas contemporáneos en Perú: el cambio generacional operado principalmente en términos de roles de género en mujeres de clase media, fobias racistas sobre llevar apellidos indígenas, el curioso y a la vez trágico rol de las empleadas domésticas, y muchos más. Cuando un baúl revela un conjunto de secretos sobre una familia de Cusco, dos hermanas se enteran sobre su pasado mientras ven cambiar el mundo a su alrededor. La narrativa se mueve de manera elegante a través de las décadas y el ritmo se acelera en la segunda mitad del libro. Estuve despierto hasta tarde para poder terminar el libro, y lo disfruté mucho.
Entre otras cosas, la novela captura muy bien el Cusco actual, desde sus ricos mercados y ruidosos cafés hasta el racismo que caracteriza la vida social, en ocasiones de formas que van más allá de lo escrito y lo hablado. Por momentos el diálogo es un tanto forzado o didáctico pero no impide que la novela fluya. Las reflexiones de la autora, así como su prosa y sentido del humor hacen de La voluntad del molle una lectura maravillosa y satisfactoria. No voy a extenderme más para no estropear la trama pero recomiendo el libro de manera muy entusiasta, uno de los mejores momentos de mi verano.